jueves, 24 de marzo de 2011

El inmerecido cese de David Vidal

Ese técnico enérgico, singular y a su vez tan recordado por sus peculiares acciones en la banda, donde vive los partidos a flor de piel, ya no podrá hacerlo, al menos por ahora, ya que el consejo de administración del Albacete Balompié le comunicó en el día de ayer su destitución. El entrenador gallego llegó al club manchego hace cinco semanas en detrimento del anterior técnico destituido, Antonio Calderón. El balance de Vidal en los seis partidos que ha estado al mando del equipo ha sido de: dos empates y cuatro derrotas. Lo que se traduce en dos puntos de dieciocho posibles.

Una racha muy mala para un equipo que necesita los puntos imperiosamente para salir de los puestos de descenso. Pero, ¿merecía una destitución tan repentina tras haber sido él quien salvó al equipo el año pasado? A mi modo de entender, no. Seis jornadas son pocas para valorar la labor de un técnico que, en teoría, ha sido elegido por la directiva para repetir lo del año pasado. Y aquí se hallan los errores: ¿Se creían les iba salir bien la jugada otra vez? ¿Por qué no le renovaron el año pasado? Dicen que pedía mucho dinero, y ¿ahora no lo habrá pedido también? Si lo ha pedido y se lo han concedido, ¿por qué no lo hicieron a la hora de renovarle y así se hubiera asentado un proyecto desde el principio? Pero si por el contrario ha pedido menos dinero de lo quería en su día para renovar -atendiendo a la proporción lógica de que no es lo mismo una temporada que media- ¿por qué le despiden? Además del sueldo habrán tenido que abonarle lo que le restaba de contrato. En fin, inexplicable.


El primer encuentro de este breve proyecto se saldó con empate (1-1) frente al Recreativo. En este choque fallaron una pena máxima a cargo de Verza que le podría haber dado a la postre los tres puntos. Luego, en la visita al Benito Villamarín, aguantaron hasta el minuto 73, donde finalmente cayeron por dos goles a cero -ambos a balón parado- para posteriormente empatar en el Carlos Belmonte ante el Valladolid. Hasta ahí todo iba más o menos bien, pero luego las derrotas frente a Elche, Ponferradina -en el descuento- y Las Palmas le han costado el puesto al entrenador gallego.


El final de liga ya comienza a apretar a más de uno, y más en esta Liga Adelante, donde los equipos de la zona baja ven la Segunda División B muy cerca, que es como ese pozo sin fondo del que luego es complicadísimo salir. De ahí, del hecho de ver cerca el abismo, las prisas, los cambios repentinos de entrenador sin ton ni son en busca de una soluciones. Muchas directivas deberían aplicarse el refrán de "las prisas nunca fueron buenas consejeras". La manchega, una de ellas.


El anterior técnico, Antonio Calderón, había sumado 23 puntos en 24 jornadas. Mientras que David Vidal sumó 2 puntos en 6 jornadas. La media de este último era mala, pero si la suerte le hubiera sonreído en algún encuentro -Recreativo o Ponferradina-, ahora mismo seguiría al frente del equipo que él quería entrenador tras rechazar cuatro o cinco ofertas. Tras su destitución el consejo de administración a nombrado a Mario Simón, que era el técnico del filial, para enderezar el rumbo de la nave manchega. ¿Será Simón el revulsivo que se esperaba? Por mi parte no creo que las cosas mejoren, porque ¿qué mejor acicate que David Vidal? Él no se lo merecía.



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