martes, 14 de diciembre de 2010

Con mucha 'Geta' y mucha 'fe'

Garrido se equivocó con el sistema inicial alineando un sólo punta. La expulsión del Cata Díaz, poco antes del descanso, marcó el encuentro. Paradójicamente a partir de aquí el Getafe jugo mejor y el Villarreal se atascó en el centro del campo sin crear apenas peligro. Cuando agonizaba el encuentro, Albín marcó el tanto de la victoria que aupa a los azulones a puestos europeos.



La máxima del técnico argentino Helenio Herrera de que se juega mejor al fútbol con 10 que con 11 se vio reflejada este sábado en el Coliseum Alfonso Pérez. Hasta el minuto 41 de partido el Villarreal era ligeramente superior al Getafe pero a partir de entonces, y tras la expulsión de Cata Díaz, los visitantes bajaron el pistón y los locales consiguieron con mucha fé una victoria merecida.


Error en el planteamiento de Garrido

El dominio en la primera mitad era alterno. Controlaba más el juego el equipo castellonense, pero eso no se transformaba en ocasiones de gol. El Villarreal contaba con dinamita pura sobre césped, que sin embargo no supo aprovechar. El error del entrenador valenciano, Juan Carlos Garrido, fue el de alinear 5 centrocampistas: Bruno y Senna en el doble pivote, por la banda derecha entrando Cani y por el centro Cazorla y Borja Valero, dejando el flanco izquierdo libre para las subidas de Capdevilla. El delantero brasileño Nilmar, se encontró muy solo en punta (se notó la falta de Guisseppe Rossi, que fue baja por lesión). El juego del equipo castellonense se hacia lento y, sobre todo, previsible. Mucho toque en el centro del campo para aprovechar un balón en profundidad a la espalda de la defensa rival que dificilemente llegaba a los dominios de Nilmar. El Getafe por contra, con menos posesión del balón llegaba a la proximidades del área rival con más peligro, pero no lograba crear ocasiones claras de gol.

La jugada decisiva del encuentro: la explusión del Cata Díaz

Cuando el partido estaba próximo al descanso, una contra por parte del equipo de la Plana cambio el devenir del choque. Nilmar inició una carrera en solitario tras recibir un pase desde la defensa y al marcharse del Cata con excelente toque con el exterior de la bota, este último dio caza al delantero del Villarreal con una entrada escalofriante que por suerte no paso a mayores. La entrada por detrás cerca del área propicio que Paradas Romero le enseñara el túnel de los vestuarios al '2' getafense. Los de Garrido apretaron apenas cinco minutos para conseguir un gol que les pusiera con ventaja antes del descanso pero no fue así.



Un Villarreal aún más previsible

La confianza de tener un hombre más sobre el césped y 45 mintuos por delante, le pudo al equipo de Castellón. La circulación lenta del balón pero se volvió más previsible cuando el técnico visitante realizo un cambio que 'atasco' al equipo: se fue del terreno de juego Cani y entro en su lugar Marco Rúben. El dibujo táctico cambió a un 4-4-2, y el esférico perdio movilidad, sobre todo cuando Borja Valero, tras este cambio, estuvo pegado a la banda derecha. Por el contrario, el equipo de Míchel, sorpresivamente bien colocado, esperaba atrás para poder salir a la contra con Pedro Ríos, Manu del Moral y Miku, que aún así tuvieron sus ocasiones. El delantero venezolano hizo un partido mayúsuclo (logrando un gol que fue mal alunado por el asistente) y un esfuerzo que fue reconocido por su propio entrenador.

Albín, cara y cruz

El Getafe necesitaba alguien que conectara el medio del campo con la parte arriba ya que el equipo estaba realizando un gran esfuerzo al tener un jugador menos. Por ello Míchel decidió dar aire fresco al equipo y dar entrada a Albín. En apenas 20 minutos al uruguayo hizo de todo. Dio movilidad al ataque y consiguió lo que es más importante el gol del triunfo con un remate certero a la base para delirio del público. La locura se desato en el Coliseum y prueba de ello es que Juan Albín que tenía ya una tarjeta amarilla por protestar, se fue a la ducha al quitarse la camiseta en la celebración del gol. Doble amarilla que le costaba a los azulones quedarse con 9 jugadores los instantes finales del choque. Pero al final los de Míchel resistieron, y se llevaron una victoria merecida ante un Villarreal que dejo mucho que desear.

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